Un día como hoy, 18 de julio de 1918 nace en Sudáfrica, el gran Nelson Mandela. Abogado, político, carismático y conciliador luchador en contra del Apartheid. Tras haber sido encerrado por 27 años, no guardó rencor ni quiso vengarse de sus opresores. Mi eterna admiración a Madiba, como cariñosamente lo llamaban sus paisanos. Llegó a ser Presidente de Sudáfrica, mediante el sufragio universal.
Era un hombre valiente y, al mismo tiempo conciliador. Un varón justo, que amaba la paz, que luchó a lo largo de su vida contra la injusticia. Al salir en libertad, no tuvo ninguna palabra ni acción de odio ni venganza en contra de los blancos. Un varón como pocos, un hombre admirable que luchó a lo largo de su vida por sus ideales.
Al salir de prisión dijo: “Nuestra marcha hacia la libertad es irreversible. No debemos permitir que el miedo se interponga en nuestro camino. El sufragio universal en función de los electores, así como en una única democrática y no racista Sudáfrica es el único camino a la paz y la armonía racial.”
Al salir elegido Presidente de Sudáfrica, en 1944, mediante el sufragio universal, llevó a cabo una política de reconciliación nacional; esto es, entre víctimas y victimarios, para alcanzar su meta: una nación unida sin discriminación de raza. Promovió el desarrollo de Sudáfrica, ayudó a elevar el nivel de vida de los negros, mejorando salud, educación, entre otros para ellos.
En suma, tuvo un gobierno exitoso. Su pueblo lo amaba y respetaba. Finalmente terminó su mandato, y dijo que, no deseaba la reelección. Sin embargo, en algunas de sus pocas apariciones que hacía en público, su pueblo expresaba su admiración y afecto a este hombre tan bueno. ¡Cómo no admirarte Nelson Mandela!!! Así como tú, pocos, muy pocos diría yo. Soc. Hilda Padilla Sánchez.