Cuando el 6 de marzo del presente año, se presentó el primer caso dando positivo con el Covid-19 en el Perú, y más específicamente en Lima, todos quedamos totalmente sorprendidos. No teníamos ni idea de qué se trataba.
Un virus desconocido había llegado desde lejanas tierras, mediante un joven piloto de 25 años, que venía de vacacionar de Europa. Cabe mencionar que este virus ya estaba haciendo estragos en Wujan (China), y también en Italia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había comunicado al mundo, el 31 de diciembre del 2019, la existencia de una nueva enfermedad infecciosa de origen desconocido. A fines de enero, ante la rápida propagación en más de 20 países, la OMS se vio obligada a declarar la emergencia sanitaria a nivel internacional.
Es así como en enero se propaga en Asia, en febrero en Europa… Y hasta mientras en qué andaba ocupado nuestro gobierno? Acaso no pensaron jamás que esta pandemia, podía llegar en cualquier momento al Perú? Por qué no atinaron a cerrar las fronteras oportunamente? Y aun cuando ya se había dado el primer caso, todo el país clamamos a una sola voz, que se cierren las fronteras.
Hasta que finalmente se hizo ello, pero ya teníamos varios casos dando positivo e infectados, tanto en Lima como en Arequipa. Acá he de mencionar también mi extrañeza ante la rapidez con la cual se ha expandido el Covid-19 a nivel global, siendo ahora ya una pandemia. Todo esto es muy raro, muy extraño amigos.
A través de la historia, sabemos que el ser humano ha superado muchas enfermedades (la peste bubónica, la fiebre amarilla, el tifus y la viruela); y sin embargo, frente a esta nueva enfermedad se encuentra “desarmado”. No, no lo creo. Al 7 de mayo tuvimos 3’852,643 infectados a nivel mundial. 266,076 fallecidos. Estos datos en realidad son un aproximado, dados por la OMS y otras instituciones que reciben la información de los países afectados.
En el caso de Perú, de todos es conocida la deplorable situación en la que se encuentra el área de salud (descompensación de servicios asistenciales, insuficiente capacidad diagnóstica, bajísimo sistema epidemiológico de notificación y políticas de salud inadecuadas) y ahora frente a esta pandemia, todo está saliendo a la luz.
Tras varios errores del gobierno, éste ha tenido que prorrogar el aislamiento social, pues no se ha logrado detener la cifra de infectados por el Covid-19, sino que sigue en aumento en el país. ¿Acaso esto ayuda a elevar nuestras defensas? ¿O más bien las deteriora? Es hora de estar más unidos, el Estado y la Sociedad Civil.
Socióloga Hilda Padilla Sánchez