Según el estudio realizado en mayo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, que entrevistó a más de 4000 jóvenes de entre 13 a 24 años en todo Estados Unidos, ha dado a conocer que las personas que consumen cigarrillos electrónicos tienen alta de posibilidad de contraer COVID-19.
El trabajo encontró que un diagnóstico de COVID-19 era cinco veces más probable en los jóvenes de este grupo de edad que habían usado alguna vez cigarrillos electrónicos. Asimismo, fue siete veces más probable entre los que además de haber usado cigarrillos electrónicos habían sido fumadores, lo que se conoce como usuarios duales.
La doctora Bonnie Halpern-Felsher, profesora de Pediatría en la Universidad de Stanford y autora principal de la investigación, aseguró a la cadena de televisión NBC lo siguiente : “Nos sorprendió. Esperábamos ver tal vez alguna relación, pero ciertamente no con las probabilidades, las proporciones y la importancia que estamos viendo aquí”, aseguró la científica.
A diferencia de los contagiados asintomáticos, los síntomas de la enfermedad afloraron con 4.7 veces más probabilidades entre quienes usaron cigarrillos electrónicos o fumaron en los 30 días previos al diagnóstico. Los autores del estudio atribuyeron estos resultados a la posibilidad de que los efectos de fumar o vapear en los pulmones sea la razón del mayor riesgo de desarrollar la COVID-19. Pero no descartaron que sea el gesto de llevarse la manos a la carta e introducirse un objeto en la boca con más frecuencia lo que pueda contribuir a una mayor incidencia de la enfermedad entre los fumadores jóvenes.
Los usuarios de cigarrillos electrónicos también suelen compartir sus dispositivos con otros vapeadores, lo que podría ser un factor añadido de transmisión de COVID-19. “Los adolescentes y los adultos jóvenes necesitan saber que si usan cigarrillos electrónicos es probable que tengan un riesgo inmediato de contraer COVID-19 porque está dañando sus pulmones”, advirtió en un comunicado Halpern-Felsher.
La investigación se llevó a cabo entre 4351 jóvenes de todo Estados Unidos y sus territorios y el estudio, que no indica el margen de error de la encuesta, fue publicado por la revista Journal of Adolescent Health.