La pandemia del Coronavirus sigue afectando a diferentes países. Varios laboratorios buscan la vacuna para la necesidad de la población. Un reciente estudio indica que los anticuerpos generados por la enfermedad no duran más que unos meses, pero hay esperanza. Los científicos están hablando de una inmunidad oculta al SARS-CoV-2 que nos proporcionan las Células T. Las Células T son los linfocitos responsables de la inmunidad celular. Cuando un virus entra al organismo, identifican al patógeno y eliminan las células infectadas.
Algunos pacientes de COVID-19 recuperados dieron negativo en las pruebas de anticuerpos pero sí desarrollaron las Células T en respuesta a la infección. Hay estudios pequeños y no revisados por pares que apuntan que apuntan a que las personas que experimentan una enfermedad leve o ningún síntoma en absoluto del nuevo coronavirus podrían estar eliminando la infección a través de esta respuesta de las Células T.
Una investigación francesa, además, reveló que 6 de cada 8 miembros de familias en estrecho contacto con parientes que tenían COVID-19 desarrollaron una respuesta de Células T, pero no de anticuerpos. De ser así, la inmunidad frente a la COVID-19 podría ser mayor de la que muestran los test.
Las células T son a menudo importantes para controlar las infecciones virales. Estamos viendo pruebas de ello”, dijo a Reuters, John Wherry, director del Instituto de Inmunología de la Universidad de Pensilvania.
Por estas células el cuerpo humano reacciona de una manera más rápida ante una segunda infección, incluso ante una ausencia de anticuerpos, porque el SARS-CoV-2, queda fichado. Por ello, un número creciente de científicos está mirando a las Células T por su papel en la protección de la población contra la pandemia y consideran que las vacunas, además de producir anticuerpos, deberían estimular estas células.