Anoche me soñé con mi querida e inolvidable maestra de primeras letras. Soñé que estaba en una reunión, en donde se agasajaba a un grupo de profesionales. Hasta que escuché la voz del Maestro de Ceremonias que dijo algo así: “Y acá tenemos excelentes profesionales que tuvieron como maestra a una mujer excepcional, nada menos que a la señorita Anita Osorio.
Para lo cual pido un reconocimiento para ella. Aplausos.” Yo totalmente emocionada al escuchar aquello. ¡Qué felicidad recordarla! Recuerdo que me sentía tan contenta siempre conversando con ella. Una mujer maravillosa con la cual uno puede pasar horas y horas platicando. La señorita Anita Osorio, maestra de vocación. Con una calidad excepcional para enseñar.
Todos sus alumnos la queríamos. Unía el amor y la disciplina para enseñarnos. Con una atención personalizada como ella sólo la sabía dar. Verdaderamente disfrutaba enseñando! Y para nosotros era un deleite escucharla y aprender. Cuántas generaciones del barrio pasamos por sus aulas. Jamás hizo uso del castigo físico, lo consideraba totalmente negativo. Suficiente con que nos mirara fijamente y nos llamara la atención en voz alta, y luego con amor nos enseñaba, e incluso “nos llevaba la mano para dibujar las letras y los números”. Un encanto de maestra!.
En algunos casos, cuando el alumno no cumplía con hacer la tarea, pues le mandaba a colaborar con el orden del aula. Tan sólo estuve un año con ella, pero vaya que se hizo querer, en lo que antes se llamaba Trancisión, para luego pasar al Primer Grado. Bueno, de allí salí sumando y restando, leyendo el periódico de corrido.
Y con las mejores calificaciones. La verdad es que me sentí una niña genio. Tiempo después la visité, y ella lo primero que me preguntaba era si seguía estudiando. A lo cual le contestaba que sí. Además ella me decía también que, muchos de sus ex alumnos la visitaban para contarle que ahora eran profesionales de éxito. Con ello nos instaba a todos sus ex alumnos a seguir avanzando en los estudios y lograr ser profesionales destacados. Yo admiraba y amaba a esa mujer.
Y hasta ahora su recuerdo me resulta inolvidable. Maestras como ella, creo que muy pocas. He aquí tan sólo un simple y sencillo bosquejo de mi maestra de barrio. Apenas desperté me dije a mí misma, ahora sí voy a escribir acerca de mi bella maestra Anita Osorio. Este año que regresé a mi barrio querido, me enteré que ella ya está en la presencia del Dios Altísimo. Un beso al cielo!!! Nunca te olvidaré mi bella maestra!!! Un gran gusto compartirlo con ustedes mi linda gente! Soc. Hilda Padilla Sanchez