Un grupo de aproximadamente 70 hermanos indígenas se acercaron a la Empresa canadiense Petrotal Lote 95, en la localidad de Bretaña, en la región de Loreto para pedir la paralización de sus actividades, pues contaminaban la zona. Anteriormente ya habían ocurrido varios derrames; además pedían una mejor atención con medicamentos contra el Covid-19; y por último, recibir una mejor compensación por el uso del territorio indígena.
Ahora, según el Comunicado del Ministerio del Interior, afirma que los pobladores indígenas tenían lanzas y retrocargas (perdigoneras). Y que, al no llegar a un acuerdo, los indígenas dispararon contra los policías. Es entonces cuando se produjo el enfrentamiento. Dando como saldo tres indígenas muertos y 17 heridos entre policías e indígenas.
Ahora, yo me pregunto: ¿Acaso es muy fácil para un indígena tener una perdigonera? Y que ¿ellos fueron los que iniciaron el enfrentamiento? Al margen de ello, ¿Por qué se tiene que llegar hasta este tipo de situaciones? ¿Si los hermanos indígenas estuvieran satisfechos con un justo trato, van a hacer este tipo de reclamo? Yo creo que no.
Ellos desconfían porque si les prometieron esto o aquello, pues sencillamente no cumplieron ni el Estado, ni la empresa petrolera. Cabe preguntarnos una vez más ¿A quiénes representa el Estado? ¿A quiénes favorece el Estado? ¿Qué clase de Estado tenemos? Finalmente, en el Comunicado veo que una Comisión de alto nivel del Gobierno, liderada por el Ministerio de Cultura está viajando a dicha zona. Cuando ya se dan los hechos, recién viajan los representantes del Estado.
Es la misma historia que se repite y se repite. Hasta cuándo? Nuestros hermanos indígenas son los GUARDIANES DE NUESTRA AMAZONÍA, EL PULMÓN DEL PLANETA. Es nuestra responsabilidad apoyarlos; no podemos, ni debemos quedarnos callados ante esta situación tan repetitiva que se da en nuestro país, antes de que sea demasiado tarde. BASTA YA DE TANTO ABUSO!!! Soc. Hilda Padilla Sanchez.